Enfermedad protozóarica de importancia en la reproducción bovina. Neosporosis
Neospora caninum es un protozoario intracelular obligado del filo Apicomplexa y se ha identificado como una de las principales causas de aborto en bovinos mundialmente. N. caninum es un parásito con un ciclo heteroxeno (Esquema 1) en el cual los hospederos definitivos son los caninos (perros, lobos, coyotes y dingos), que eliminan ooquistes esporulados infecciosos a través de sus heces, y horizontalmente son transmitidos por vía digestiva a una gran variedad de hospederos intermediarios como lo son los bovinos, venados, ovinos, búfalos, roedores, aves y caballos (Campero et al., 2018; Medina et al., 2018; da Silva et al., 2019).
Es una enfermedad importante en el ganado debido a que puede causar abortos, muerte neonatal, muerte fetal y reabsorción embrionaria temprana y estudios revelan que las vacas infectadas por el parásito tienen entre tres a siete veces más probabilidades de abortar que las vacas no infectadas, aunque se han registrado casos de animales seropositivos con un riesgo de aborto 23 veces mayor que el de las vacas sanas. Además, afecta principalmente al ganado productor de leche, pues en varios estudios serológicos realizados sobre la infección por N., caninum, en bovinos de carne y leche se ha determinado que la prevalencia oscila entre el 6,2 y el 67,85% respectivamente. La enfermedad se encuentra ampliamente distribuido en Europa, Asia, África y en América, provocando grandes pérdidas económicas (Medina et al., 2018).
FACTORES DETERMINANTES INTERNOS Y EXTERNOS
La existencia de factores de riesgo en la explotación contribuye al mantenimiento y a la aparición de nuevos casos de neosporosis en el sistema de producción Entre ellos se encuentra la presencia de perros en la explotación es un factor determinante para la infección. En estudios con presencia de perros, han evidenciado una alta seroprevalencia para N. caninum en vacas en comparación con los hatos donde no había perros, además otro factor importante es la edad de los animales, a medida que aumenta la edad, mayores son los riesgos de infección por el protozoario, se ha señalado que las vacas de dos a seis años de edad presentan un mayor riesgo de infección por N. caninum, debido a que presentan mayor seropositividad, lo que implica un mayor riesgo de transmisión horizontal de la enfermedad.
El ganado puede infectarse con N. caninum por varias vías de transmisión, entre ellas se encuentran (I) ingestión de ooquistes esporulados en el medio ambiente, es decir, pasto y agua contaminados (hospedero definitivo elimina los ooquistes a través de sus heces y así contamina praderas, alimentos y agua; transmisión horizontal) tras la infección, existe un periodo de proliferación de taquizoítos, se desarrollará un título de anticuerpos y luego los organismos se convertirán en bradizoítos dentro de quistes intracelulares que con el consiguiente establecimiento de la infección latente; (II) ingestión de ooquistes esporulados por una hembra gestante, lo que da lugar a la transmisión de taquizoítos al feto a través de la barrera placentaria (transmisión transplacentaria exógena) y (III) reactivación de una infección latente en una hembra gestante con proliferación de taquizoítos que atraviesan la barrera placentaria y se transmiten al feto (transmisión transplacentaria endógena). Las hembras pueden permanecer infectadas por N. caninum durante toda su vida, y la infección se transmite verticalmente a través de las sucesivas generaciones, cabe mencionar que las vías II y III son de las que ocurren con mayor frecuencia, reportan que más del 80 al 90% de las vacas seropositivas transmiten la infección a su descendencia (Tulu et al., 2018; Ribeiro et al., 2019).
Estudios han informado que la presencia de coyotes puede aumentar las tasas de infección hasta 2,4 veces y la de los perros hasta 3,21 veces, aumentando así el riesgo de infección en los animales del hato.
EVIDENCIAS CLÍNICAS
La mayoría de las infecciones por Neospora caninum en el ganado son subclínicas, pero existen excepciones. El principal signo observado en las vacas infectadas por Neospora caninum es el aborto y para que se produzca, el feto o la placenta tienen que estar dañados hasta el punto de dejar de ser viables, si bien, el daño fetal puede producirse por un daño tisular primario causado por la multiplicación de N. caninum en el feto, o debido a la insuficiencia de oxígeno/nutrición, secundaria al daño placentario. La respuesta inmunitaria materna también es un determinante importante de la propagación y transmisión del parásito en el huésped, este aborto puede ocurrir a partir de los tres meses de gestación, pero generalmente sucede entre el quinto y el séptimo mes, aunque la neosporosis no es una causa significativa de infertilidad en las hembras o de reabsorción embrionaria temprana, la retención placentaria y la metritis pueden ser complicaciones secundarias del aborto. La repetición del celo, los abortos sucesivos y el anestro temporal están relacionados con la infección por el protozoario, aunque la mayor parte de las vacas son capaces de controlar la infección y permanecer clínicamente asintomáticas, aunque persistentemente infectadas. Los abortos se pueden presentar en forma aislada o en brotes epidémicos. La incidencia de los abortos generalmente se repite en gestaciones posteriores, y la transmisión congénita / vertical de madres seropositivas a su descendencia es importante en la epidemiología de la enfermedad (Tulu et al., 2018; Softic et al., 2018).
Así mismo, puede existir la muerte del embrión o del feto, así como su reabsorción, momificación, autólisis y mortinato, y algunos terneros nacen vivos con defectos neuromusculares con parálisis de las patas y conduce a la encefalomielitis letal, mientras que otros terneros son aparentemente sanos, pero persistentemente infectados, siendo propensos a tener abortos posteriores (Dwinata et al., 2018; Tulu et al., 2018).
DIAGNÓSTICO
La neosporosis bovina se manifiesta en las observaciones clínicas del aborto en el ganado. Las pruebas serológicas tienen la ventaja de poder aplicarse ante mortem y ofrecer datos durante el periodo de infección. Actualmente existen varios ensayos serológicos disponibles, pero no existe una prueba de referencia apropiada para definir un animal verdaderamente positivo o verdaderamente negativo. Las pruebas de aglutinación (NAT) tienen la ventaja de no requerir conjugados específicos y, por lo tanto, son adecuadas para la fauna silvestre, no obstante, los resultados con falsos positivos son un inconveniente importante en esta prueba, así como el ser laborioso debido a que requiere taquizoítos enteros fijados derivados de ratones o de cultivos celulares. En cuanto a la prueba de inmunoblot (IB) es bastante sensible y específica, pero requiere de mucho tiempo y es laboriosa, por lo que solamente se utiliza como prueba de cribado en caso de resultados dudosos. La prueba de aglutinación de látex (LAT) se hace con taquizoíto recombinante con perlas de látex recubiertas de antígeno, dentro de sus ventajas son tener una especificidad y sensibilidad similares, pero más fácil estandarización en comparación con el NAT. En cuanto a la prueba inmunocromatográfica rápida (RIT) se realiza con el antígeno recombinante, es de ejecución rápida y sencilla, además es aplicable en condiciones de campo. Por lo tanto, las técnicas más utilizadas para la detección de anticuerpos de N. caninum en el ganado bovino en México son la prueba indirecta de anticuerpos fluorescentes (IFAT) y el ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) realizado con lisado de taquizoíto entero, es el adecuado para diagnósticos a gran escala y más objetivo en la interpretación de los resultados en comparación con la IFAT. Hay muchas pruebas ELISA comerciales disponibles con amplia distribución. Sin embargo, los altos costos de adquisición de los mismos para los ganaderos y el interminable proceso de importación son obstáculos importantes para muchos países. Por ello, varios laboratorios locales utilizan pruebas serológicas internas para la detección de anticuerpos para N. caninum y, más frecuentemente, IFAT. En desventaja, en esta prueba las comparaciones e interpretaciones de los datos son menos fiables y más difíciles debido a la falta de estandarización de los ensayos interlaboratorios.
Además, se recomienda encarecidamente una constante reevaluación y adaptación de las pruebas de diagnóstico a las diferentes situaciones epidemiológicas (Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE))(Campero et al., 2018).
CONTROL Y TRATAMIENTO
Autores mencionan que antes de realizar cualquier estrategia de control, se debe evaluar cuidadosamente la identificación de las fuentes de transmisión más frecuentes en el hato y la presencia de hospedadores definitivos o reservorios de vida silvestre. Además, en los sistemas de producción donde se registra una alta prevalencia, la estrategia más rentable para el control es no criar novillas nacidas de vacas seropositivas (Lagomarsino et al., 2019).
Además, la manera de control de la enfermedad es interrumpiendo el ciclo de vida del parásito. A nivel de bioseguridad de la finca, se han sugerido diversas estrategias, entre ellas: (I) pruebas diagnósticas en el ganado de reemplazo y comprado; (II) prevención de la transmisión de hospedadores definitivos; (III) control de roedores; y (IV) prevención de cualquier factor inmunosupresor, como infección por virus, ingestión de micotoxinas o cualquier causa de estrés que pueda conducir a la reactivación de la infección crónica y transmisión vertical. Así mismo, los piensos utilizados en las raciones mixtas deben estar protegidos para evitar el contacto con perros o cánidos salvajes. En los pequeños sistemas de producción, esto podría lograrse manteniendo los piensos en cubos, silos o detrás de puertas cerradas. En el caso de los grandes sistemas de producción mecanizados, es necesario invertir en la protección de los piensos, la solución más sencilla puede ser el uso de vallas a prueba de perros. Sin embargo, las vallas no son mejores que las puertas, y podría llegar a ser bastante pesado el abrir y cerrar manualmente las grandes puertas para la maquinaria pesada que participa en la entrega de los piensos, así como la mezcla de raciones y la alimentación del ganado, por ello las puertas podrían dejarse abiertas durante el día, cuando es menos probable que los depredadores entren a la UPA y los operarios estén más alertas. No obstante, la mejor solución podría ser la instalación de puertas automáticas. En caso de que no dispongan de una zona de almacenamiento de piensos, podría utilizarse la instalación de vallas electrificadas para los depredadores alrededor de los piensos almacenados para impedir el acceso de los caninos sin necesidad de instalar una valla permanente. También la protección del agua potable debe ser objeto de una consideración similar. Las fuentes más probables de contaminación serían los pequeños estanques superficiales o las ciénagas, que podrían contaminarse con la escorrentía del terreno circundante. El riego desde comederos elevados debería reducir el riesgo y es una solución práctica para la mayoría de los hatos intensivos.
Si bien, los estudios epidemiológicos determinan que la presencia de perros junto con el ganado de cría es un factor de riesgo para la infección de neosporosis bovina y, por lo tanto, la eliminación de todos los perros puede considerarse un método potencialmente eficaz para reducir este riesgo. Sin embargo, autores no recomiendan una prohibición total de los perros en el sistema de producción y se cree que es posible reducir el riesgo de la transmisión horizontal de la Neosporosis en el ganado sin necesidad de eliminar a todos los perros. En este caso, la unidad deberá mantener sólo los perros que realmente necesita en la propiedad, debido a que un mayor número de perros incrementa el riesgo de la enfermedad. Si bien, en comparación con los perros adultos, las camadas de cachorros tienen más probabilidades de ser susceptibles al parásito y, por lo tanto, tienen un mayor potencial para producir ooquistes en la primera exposición a una comida infectada. En caso de existir perros callejeros no deseados que frecuentan la unidad de producción, pedir ayuda a las autoridades locales. En ventaja de contar con perros en el sistema de producción es que estos vigilan activamente el territorio y ayuda a reducir las visitas de los cánidos salvajes y callejeros, proporcionando así cierta medida de protección contra la exposición a Neospora. Un perro de trabajo infectado sólo desprenderá ooquistes durante un breve periodo de tiempo, por lo que es poco probable que infecte a un gran número de ganado en pastoreo.
Por otro lado, se han propuesto algunas prácticas de manejo reproductivo para controlar la transmisión. La transferencia de embriones es una forma eficaz de prevenir la transmisión vertical de las vacas seropositivas. En estudios han determinado que la inseminación artificial (IA) utilizando semen de toros de carne reducen la tasa de abortos relacionados con N. caninum en vacas lecheras seropositivas (Lagomarsino et al., 2019). Para el tratamiento de Neospora caninum se pueden administrar medicamentos como Avatec® 15% que contiene lasalocid sódico, administrar en una dosis de 75 a 125g por tonelada de alimento, así mismo, también puede suministrarse Cocciliber® que contiene monensina sódica con dosis de 27.5 a 55 g por cada tonelada de alimento.
PREVENCIÓN
La prevención de Neospora caninum implica evitar la transmisión vertical y horizontal. Actualmente se han demostrado cuatro opciones principales para que el productor controle N. caninum (I) prueba y sacrificar; (II) medicación; (III) vacunación; (IV) cría selectiva. (I)En prueba y sacrificio es una estrategia que consiste en analizar y luego sacrificar a los animales infectados por N. caninum del hato. En un estudio, se analizaron a los animales infectados y posteriormente fueron sacrificados los seropositivos con reemplazo para mantener el equilibrio de la población. Con esta estrategia, la tasa de sacrificio de animales infectados, se estableció en el 100%, (II) Entre los métodos de medicación, el más eficaz es proporcionarle tratamiento de todos los terneros nacidos de madres infectadas sin pruebas previas, (III) La vacunación aún se encuentra en pruebas en ciertos países, actualmente en México no se dispone de vacunas contra Neospora caninum para su prevención, (IV) Cría selectiva es la interrupción de las crías nacidas de madres seropositivas, es también una forma eficaz de controlar la transmisión de N. caninum. Se ha considerado la posibilidad de analizar anualmente a todas las vacas infectadas y suspender las crías nacidas de madres seropositivas, de esta manera, sólo las crías nacidas de vacas que no se sometan correctamente a la prueba serológica pasarían al ganado vacuno, concretamente al primer grupo de edad (Campero et al., 2018; Liu et al., 2019).
Fuente: Ganadería.com
Autor: Alejandro Córdova Izquierdo
Fecha: 24/10/2021